El principal problema de los detectives en España

¿Cuál es el principal problema de los detectives en España? «La desunión», sentencia Rafael Guerrero. «Si los periodistas sois el cuarto poder, nosotros somos el ciento y pico. No hemos sabido transmitir lo necesarios que somos, aunque todos los días se ratifican nuestros informes en los juzgados».

Los detectives no pueden perseguir delitos, no pueden invadir la intimidad de nadie, ni su imagen, ni sus comunicaciones. Investigan lo mismo que podría investigar usted pero con garantías legales. «Nuestro problema es el intrusismo», denuncia Enrique Hormigos. «Cualquiera va a la tienda del espía y se cree en condiciones de ser detective o de investigar al vecino».

Hormigos es uno de los mayores expertos de España en el uso de polígrafos. En el 75% de los casos la máquina de la verdad se utiliza para conflictos familiares, infidelidades o asuntos laborales. Su primer caso fue seguir a una chica porque su prometido sospechaba que ejercía la prostitución (no se equivocaba). Hoy Enrique se dedica, sobre todo, a fraudes de aseguradoras. Las compañías ahorran más de 400 millones al año gracias a los detectives. «Antes ganábamos dinero a espuertas. Ahora hay más fraudes pero han cerrado más empresas y las que hay se gastan menos», apunta.

Es la hora de comer y Rafael Guerrero tiene que buscar pistas en la pensión. Antes de que se acabe el café, se levanta dos mesas más allá un tipo en chándal con un casco de acero de soldado en la cabeza y un tebeo bajo el brazo. El detective le sigue con la vista.

– ¿Nunca desconecta?

– Nunca al cien por cien. Pero a ese le he visto yo y le has visto tú también.

– ¿Y alguna vez le han pillado?

– Si un detective te dice que no le han mordido nunca, o miente o es que jamás ha salido a la calle.

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