¿Cómo trabaja un detective?

Quedamos con una de los 4.000 detectives privados que hay en España. No es un trabajo cualquiera. Depósito lleno, comida preparada y material listo: “sabes cuándo empiezas pero nunca cuándo vas a acabar”. La cámara de video es fundamental. En algunas ocasiones, incluso cámaras ocultas.

En un año, nuestra protagonista se encarga de unos 150 casos. El seguimiento y vigilancia de personas es uno de sus principales trabajos. Infidelidades y fraudes de bajas laborales, los casos más comunes.

Las redes sociales son un gran aliado para los detectives. La información que se comparte en internet permite esclarecer la mitad de los casos.

Las tecnologías y los nuevos casos favorecen el auge de los detectives

Los detectives privados conforman una profesión en crecimiento que, aunque peligrosa, atrae a muchos jóvenes. Su labor ha cambiado en los últimos años con la llegada de las nuevas tecnologías. En un principio se centraban principalmente en temas familiares o de pareja, como infidelidades o custodias de menores de edad. A día de hoy se ha profesionalizado mucho: «No ha crecido, sino que ha cambiado la tipología de las investigaciones». Se enfocan en temas mercantiles relacionados con la propiedad intelectual o la competencia desleal, así como laborales centradas especialmente en las bajas fraudulentas. En los últimos años las contrataciones se decantan hacia las nuevas tecnologías. También existen algunas divisiones dentro de los despachos que se enfocan a temas concretos como puede ser el fraude agrícola.

Lo que más contratan los clientes es la comprobación de las lesiones causadas por un accidente de tráfico, así como bajas laborales fraudulentas. Existe un crecimiento de las investigaciones relacionadas con patentes y marcas debido al tejido industrial y empresarial. Quien más solicita estos servicios son grandes empresas, aseguradoras y mutuas. Por su parte, los investigados no siempre son particulares, sino también las propias entidades. Son habituales los estudios mercantiles para comprobar el patrimonio real de una compañía o informes de solvencia. Sin adentrarse en los delitos públicos, sí que corroboran la responsabilidad civil derivada de los mismos. Ellos se encargan de determinar la posible indemnización que existe en robos, accidentes de tráfico o atropellos de peatones.

Tras haber investigado a alguien, el detective debe acudir al juzgado para presentar las pruebas y allí «les ven la cara». Además, durante la vista se les llama por su nombre y no por su número de identificación fiscal, ya que la Ley de Enjuiciamiento Civil aún no recoge este cambio. «Hay compañeros que incluso tienen que ir disfrazados a juicio para no ser reconocidos».

El desarrollo de esta profesión también interfiere mucho en su vida privada y familiar: «Tenemos que viajar mucho, hacer servicios de noche y los seguimientos duran desde las siete de la mañana hasta las ocho de la tarde». Pese a ello consideran que es un trabajo ágil y dinámico, especialmente para los jóvenes, que suelen tener menos inconvenientes a la hora de desplazarse cada día a un sitio diferente o cumplir con ciertos horarios.

Los principales problemas actuales de la profesión son la falta de unificación y el intrusismo. Por un lado existen varias leyes autonómicas que regulan de forma diferente el trabajo en cada lugar del país. No existe un colegio profesional o una asociación única que aúne a todos los detectives de España. Por tanto no se defienden los intereses del colectivo y, según explican, el nuevo reglamento de seguridad «será un caos que provoque el cierre de muchos despachos» por los nuevos requisitos que se les exigirán.

Junto a este se presentan los falsos detectives que operan sin licencia ni estudios: «Actúan sin apenas equipo técnico y a cambio de unas tarifas mínimas. La Policía toma medidas contra ellos, pero las sanciones que reciben son muy pequeñas». En grandes ciudades existe un problema añadido: la restricción de uso de vehículos privados en ciertas zonas. Los despachos de detectives ya negocian con los ayuntamientos para que se les permita operar a pesar de estas normativas. De no ser así, aseguran que perderían dinero en muchos de sus servicios.

El panorama ha cambiado mucho: «A nivel nacional, el sector antes lo copaban cinco o seis empresas dirigidas por personas que llevaban bastantes años en esta profesión. Pero hoy en día ha crecido la competencia y hay 700 u 800 detectives muy jóvenes por todo el país». Explican que esto se debe al reciente impulso que ha tenido esta profesión entre los estudiantes de comunidades como Castilla y León o Madrid. Muchas universidades crearon hace unos años grados de criminología que tuvieron mucho éxito en sus inscripciones.

Un aspecto importante de esta profesión es el relativo a su campo de acción. Únicamente pueden investigar cuestiones privadas. De los delitos públicos solo las injurias y calumnias se encuentran a su alcance, el resto corresponde a competencias de Policía y Guardia Civil. Por ello, no existe como tal una colaboración directa entre cuerpos de seguridad y detectives. Sin embargo, sí que cuentan con su ayuda en caso de requerir la obtención de ciertas informaciones como pueden ser los atestados de accidentes de tráfico. También, el propio detective debe contactar con la policía en caso de observar cualquier delito durante el desarrollo de su actividad.

Además, para contratar sus servicios debe haber un interés jurídico. Tiene que existir una relación jurídica con el investigado, ya sea familiar, contractual o de otro tipo. En el comienzo de cada servicio se firma un contrato y se crea un registro de actividad que se traslada posteriormente a la policía. También se debe comprobar, en caso de ser un tema familiar o de pareja, la inexistencia de denuncias por malos tratos. La policía será en ese caso quien permita o no que se inicie el proceso.

Los detectives pueden investigar en cualquier lugar, ya sea público o privado, salvo el domicilio del particular. Tampoco pueden tomar la imagen de menores de edad salvo previa autorización de los padres o si se trata de una información relevante y necesaria para el juicio. Es habitual que, debido a su trabajo, sufran denuncias por parte de las personas investigadas cuando se dan cuenta de que son vigiladas. Sin embargo, Policía y Guardia Civil cuentan en sus bases de datos con las matrículas de los vehículos de los detectives del mismo modo que pueden conocer las investigaciones que se llevan a cabo. Además, al operar con una licencia emitida por el Ministerio del Interior no pueden sufrir denuncias ya que cuentan con su autorización.

En el desarrollo de la investigación emplean vehículos preparados para poder pasar desapercibidos e incorporan cámaras ocultas tanto en el propio automóvil como en el cuerpo del detective. También disponen de material auxiliar como cámaras de mano o grabadoras de voz. En algunos recintos como restaurantes recurren a instalaciones fijas para grabar robos o vigilar el correcto trabajo de los empleados de una empresa. Internet ha colaborado igualmente a facilitar su labor de obtención de información. Existen aplicaciones y programas que rastrean todos los datos disponibles en la web sobre la persona investigada. Aseguran que en muchos casos es un error compartir demasiados contenidos personales a través de las redes sociales. Los detectives siempre deben aportar al cliente un informe pericial que este debe entregar al juzgado. En él se recoge toda actividad realizada por los investigadores. Además, están obligados a personarse en los juicios el día de la vista para responder a las preguntas de jueces, fiscales y abogados de ambas partes. Allí ratifican la elaboración de este informe y presentan un vídeo con un resumen de todo lo grabado que actúa como prueba en el proceso.

Los despachos no suelen ser muy grandes y suelen operar como autónomos o sociedades limitadas unipersonales. En ciudades más pequeñas no hay un volumen suficiente de trabajo que permita que actúen muchos profesionales.

Para acceder a esta profesión existen dos vías. Puede obtenerse el título propio tras tres años de estudio en una universidad o bien cursar el grado en Criminología que suele permitir la obtención de la licencia de detective. En un futuro existe la posibilidad de que se cree un grado específico de Seguridad Privada. En cuanto a la obtención de la licencia, existe un «férreo control para proteger los derechos fundamentales de los objetivos». Se debe estar dado de alta en la Seguridad Social, presentar un seguro de responsabilidad civil y de caución y cumplir con el Reglamento de Seguridad Privada cuyo borrador está próximo a publicarse.

 

Lo que muy poca gente sabe de los detectives privados

El cine negro vistió a los detectives de antaño con grandes gabardinas y los ocultó tras una nube de humo de cigarrillos, sentados en un despacho con puerta de madera y cristal opaco. La mesa siempre estaba cubierta de papeles y una chica despampanante les encargaba un caso muy turbio.

Sin embargo, la realidad de hoy en día es muy diferente y la profesión de detective privado es una gran desconocida.

Una profesión legal y regulada

En la actualidad, ser detective privado es una profesión totalmente legal y regulada. Para poder ejercer en España, es necesario haber realizado los estudios de Detective Privado en la universidad, los cuales tienen una duración de 3 años.

Además de obtener el título, es imprescindible cumplir con otros requisitos: estar dado de alta en el Impuesto de Actividades Económicas de Hacienda y en autónomos, así como tener la habilitación del Ministerio del Interior. Para esto último se exige el cumplimiento de todos los requisitos anteriores.

El detective privado es el único profesional que puede realizar investigaciones de carácter privado, tal como marca y especifica la Ley de Seguridad Privada 5/2014. Excepto este tipo de profesionales, nadie puede investigar legalmente para otra persona. Ni vigilantes, ni escoltas, ni policías.

Además de la titulación universitaria, existen otros cursos que son imprescindibles para que el estudiante se enfrente a la realidad de ser detective.

Investigaciones más demandadas en el ámbito empresarial

Las empresas suelen contratar los servicios de un detective privado principalmente en los casos de competencia desleal, de bajas fingidas, de absentismo o bajo rendimiento, y también para realizar informes de solvencia y financieros, entre otros.

Respecto a la competencia desleal, el detective tendrá que obtener las pruebas de que esto está ocurriendo, por lo tanto, será necesario efectuar un seguimiento o vigilancia.

En una baja fingida, será preciso realizar un seguimiento del empleado y verificar si realmente se trata de una baja fingida o no. En el caso de ser cierto, deberá conseguir una grabación que lo demuestre. Lo mismo ocurre con el absentismo o el bajo rendimiento.

Los informes de solvencia y financieros requieren un estudio OSINT de las empresas, así como de los administradores, socios y demás cargos que las llevan, teniendo que recurrir en algunas ocasiones a vigilancias y seguimientos. En estos casos, es muy habitual que se trate de empresas internacionales y haya que viajar a otros países durante el proceso de investigación.

En investigaciones internacionales es necesaria la colaboración de detectives de los países en cuestión y todo lo que implica una investigación en otro país: idioma, seguros, logística, dispositivos y viajes. En este sentido, hay que tener en cuenta que un detective con licencia española no puede hacer un seguimiento fuera de España.

 Otros servicios que se contratan habitualmente a detectives privados

detective privado
  1. Investigaciones familiares en los casos de medidas de divorcio, de régimen de guardia y custodia de menores. También son comunes las contrataciones para investigar el comportamiento de los hijos y conductas extrañas en ellos: ludopatías, drogas, alcohol, etc.
  2. Búsqueda y localización de personas. Los motivos pueden ser varios: para entregar una demanda, porque alguien quiere encontrar a una persona que no ve desde hace tiempo, casos de herencia o por búsqueda de hijos que se han ido de casa.
  3. Informes de arrendamientos, ya sean para probar actividades ilícitas —juegos, fiestas o prostitución—, o para subarriendos, identidad de arrendatarios y acreditación de la verdadera identidad de los inquilinos.
  4. Pruebas periciales, siendo las más demandadas la grafología y documentoscopia, muy habitualmente para comprobar el falso testimonio de testigos.
  5. Barridos electrónicos, donde se busca la colocación de micrófonos o cámaras ocultas, intervención de comunicaciones y escuchas secretas. El barrido electrónico es una contramedida de seguridad que se utiliza para garantizar la confidencialidad.
  6. Vigilancia no uniformada en hoteles, ferias y grandes superficies; un servicio desconocido para la mayoría. Esta función solo pueden realizarla los detectives y, básicamente, se trata de vigilar posibles robos.
  7. Contravigilancias. Se trata de averiguar si alguien está vigilando al cliente y, por otro lado, evitarlo con el correspondiente estudio previo. Los servicios de contravigilancia se suele requerir en casos de malos tratos, bullying, y para personas famosas y empresarios, entre otros.

En resumen, son muchas las funciones que desempeñan los detectives privados, aunque el público, en general, desconoce la mayoría de ellas. Sus servicios resultan imprescindibles tanto para particulares, como para empresas y abogados, pues, sin obtener pruebas, sería imposible ganar los casos. La información es poder, y todo el mundo quiere tener poder.

Lista de equipamiento de los investigadores privados

Un investigador privado que comienza una carrera puede comenzar con un pequeño inventario de herramientas, tales como un vehículo de trabajo, ordenador y una cámara. Con el tiempo, muchos investigadores perfeccionan sus conocimientos en una o más áreas especializadas de investigación, así como investigaciones de infidelidad, investigaciones legales o verificación de antecedentes. Los investigadores utilizan diferentes herramientas, dependiendo de sus especializaciones, por ejemplo, un investigador de la infidelidad suele utilizar una gran variedad de cámaras fotográficas y de video.

Vehículo de trabajo

Probablemente la herramienta más importante para un investigador privado es un vehículo en buenas condiciones de trabajo. Un investigador tiene que viajar con facilidad y rapidez a menudo a las entrevistas, tribunales y otros lugares de investigación. Además, si un investigador privado lleva a cabo principalmente la vigilancia, el vehículo tiene que ser de un color neutro, libre de etiquetas, pegatinas y otros objetos identificables. También debe ser cómodo, ya que el investigador puede realizar sesiones largas de vigilancia en el mismo. Las características opcionales incluyen vidrios polarizados y construido en trípodes de cámara.

Teléfono celular

Al realizar investigaciones fuera de la oficina, un investigador a menudo necesita ponerse en contacto con su oficina, un cliente o un recurso de otro tipo. Por lo tanto, una herramienta fundamental para un investigador privado es un teléfono celular. Como hoy en día los teléfonos móviles se caracterizan por producir fotografías de gran calibre, así como proporcionar una transmisión fácil e instantánea de fotos digitales a los ordenadores y otros dispositivos, algunos investigadores privados dependen en gran medida en sus teléfonos celulares para tomar fotografías de investigación, en lugar de comprar cámaras.

Cámaras

Dependiendo del tipo de trabajo que un investigador privado hace, podría utilizar una o más cámaras. Por ejemplo, un investigador privado que se especializa en las operaciones encubiertas pueden comprar cámaras de “ojal” -que se llevan bajo la ropa, con el objetivo de insertarla a través de un agujero de botón de camisa, o otras cámaras integradas en los sombreros y bolsos. Un investigador que se especializa en investigaciones de infidelidad o de seguros por lo general tiene una variedad de cámaras, incluyendo cámaras de vídeo y de visión nocturna.

Ordenador

Una computadora es una herramienta imprescindible para un investigador privado, ya que Internet ofrece una gran cantidad de opciones de investigación para tareas de investigación como la investigación de antecedentes, localización de personas y control de activos. También existen bases de datos propietarias, es decir, las bases de datos que no están disponibles al público, que se ofrecen basadas ​​en honorarios de búsquedas a investigadores privados, empresas, agencias de bonos de libertad bajo fianza, abogados y otros. Estas bases de datos, tales como IRBsearch y Smasher Skip, acceden a millones de bases de datos públicas y otros recursos.

Sistema de Posicionamiento Global (GPS)

En algunas prácticas de investigación, un investigador privado puede utilizar un dispositivo de sistema de posicionamiento global para el seguimiento de un sujeto. Estos dispositivos pueden ser pasivos, es decir, los datos se graban y descargan más tarde, o en tiempo real, es decir, los datos de localización son inmediatamente visibles. Es imprescindible para un investigador comprender y cumplir con las leyes estatales y federales sobre el uso de un dispositivo GPS para evitar acusaciones de acoso, uso ilegal de escuchas telefónicas o un dispositivo electrónico.

¿Para qué necesita un bufete a un detective privado?

Infracciones en el ámbito laboral, seguros, informes económicos o patrimoniales, ‘forensic’ y conflictos conyugales son los servicios que más investigan los detectives por encargo de las firmas jurídicas.

A los detectives privados no es fácil verlos, pero están. Estos profesionales que llevan la discreción por bandera, realizan sus tareas de investigación mayoritariamente para particulares y empresas, pero también tienen a varios despachos de abogados entre sus clientes. Las firmas necesitan sus servicios para casos relacionados con el ámbito laboral, peritajes y temas relacionados con seguros, informes económicos y de solvencia de empresas, además de muchos aspectos relacionados con el derecho de familia. A pesar de ello, los expertos aseguran que en España se contratan en menor medida directamente por parte de los bufetes que, por ejemplo, en EEUU.

La regulación actual del ejercicio de la profesión de detective privado está recogida en la Ley 4/14 de 4 de abril de Seguridad Privada. Sin embargo, muchas veces hay casos que llegan a los tribunales por posibles lesiones de derechos. Luis Zarraluqui, presidente del bufete Zarraluqui Abogados de Familia, afirma que “evidentemente la labor de los detectives está circunscrita a aquellos hechos que no están protegidos por el derecho a la intimidad, pero esta protección entraña mucha complejidad. En todo caso, todos los informes con proyección pública son válidos”. Para María Jesús Herrera, socia de Sagardoy, “la validez de la prueba de detective en juicio es la de una prueba testifical y es un medio completamente eficaz siempre que esté bien articulado y sin transgredir derechos fundamentales, por lo que sirve a efectos probatorios y acreditativos en juicio”. Zarraluqui añade que “la eficacia probatoria de los informes de detectives se ha incrementado desde la entrada en vigor de la Ley de Enjuiciamiento Civil en 2000, que reconoce, además de los informes periciales, los elaborados por detectives”.

Derecho de familia

Los problemas en el seno de las familias, tanto entre parejas como un control parental, siguen siendo los casos más habituales en los que un despacho especialista en derecho familiar recurre a un investigador privado: infidelidades, informes personales, seguimientos, delincuencia juvenil, etcétera, cuando hay demandas de divorcio o disputa judicial por la custodia de los hijos. Zarraluqui asegura que “también ha aumentado la verificación de uniones postmatrimoniales de los beneficiarios de pensiones compensatorias y averiguaciones patrimoniales y de ingresos de cónyuges “.

Ámbito laboral

Las averiguaciones relacionadas con el mundo del trabajo son frecuentes en las áreas de Laboral de los despachos, que recurren a detectives directa o indirectamente a través de la empresa: absentismo, bajas fingidas, competencia desleal… Enrique Ceca, socio de Ceca Magán, admite que “el despacho usa detectives para muchos casos relacionados con falsas bajas. Por ejemplo los empleados usan ese tiempo para fines personales, realizan actividades incompatibles con sus dolencias y hay otros trabajadores que pedían vacaciones y al denegárselas, fingían una baja y se marchaban a disfrutar de los días de descanso. También se investiga el uso fraudulento de los medios informáticos”.

Seguros

Otro ámbito en el que también se precisan los detectives es el relacionado con seguros. Luis Alfonso Fernández, socio del área de seguros de Hogan Lovells, explica que “en su mayoría, la firma recomienda a su cliente contratar a un detective, más que hacerlo el bufete, y le sugerimos nombres. Son esenciales para tratar de probar fraudes a las aseguradoras, Se ha incrementado su uso en los últimos años, y algunas empresas de detectives se han sofisticado y también realizan investigaciones patrimoniales y forensic”.